¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!!

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By Sebastián.

 

[by Sebastián]a calma del día era compleja. Compleja para quien vivía ese día. Porque no entendía aún, como no entiende ahora, los hechos azarosos que manejan a la madre naturaleza para que haga juego con sus emociones. “Peor aún”, reflexionó, “la amo”. Lo pensó con sarcasmo y su cara garabateó una sonrisa.

Y fue un día así, como cualquiera en los que se llenan de nada y se funden en una masa chata que le dicen vida. Y aún para su extraño deleite, hermosos. Tiempo que uno pierde con total inocencia porque desconoce o no quiere enterarse que acabará.

“Una cosa es eterna hasta que termina”

Tan convencido de ese axioma estaba que por entonces no consideraba a nada como perder el tiempo

Las calles se desdibujaban mientras contaba las baldosas que se movían bajo sus pies, creyó que la lluvia era el sonido indicado para marcar el ritmo de sus pasos ligeros y decididos sin destino.

Las piernas aflojaban y se dejó llevar pensando en todo y nada, porque siempre que se piensa en todo no se llega a nada. Se esforzaba por recordar las verdaderas razones por las que se había enamorado, cuestión que durante los primeros meses de la tormentosa relación ensuciaron sus pensamientos triviales, que se acostumbraron a devenír en una crisis de fe amorosa. Cansado de no encontrar respuestas a algo que al fin y al cabo, no alteraría las circunstancias que propiciaron el fin (Aunque aún no lo sabía). Simplemente lo olvidó.

- No creo para nada en todas esas pavadas en las que los demás se aferran. Tener libertad, ser algo mas que un sueño, ser realidad es algo posible sólo para quienes duermen muy profundo. ¿Nunca te pasó que tenias en verdad ganas de hacer algo, lo que sea, y por orgullo, o cualquier otra razón no lo hiciste? Miles de veces, seguro que si. ¿para que? Limitarse a uno mismo, que cosa fea. – lo dijo convencido pero con voz temerosa, medida. Quizás anticipaba la decepción.

-Callate tonto, ¿te das cuenta de las tonterías que dijiste en menos de cinco minutos? – y descargó una mirada inocente (como todas) a través de la transparencia de sus ojos que lo reflejaban chiquito, minúsculo, prisionero de ella. O al menos así le hubiera gustado que sucediera.

“Ver así para sentir” o parecido, le dijo Carlos, un remisero charlatán que manejaba un Duna negro que ya sentía el rigor del trabajo de veinticuatro horas por las calles de Munro

la calma angustia que precedía a las despedidas era una constante. ¿cómo separarse (incluso por horas) de la persona que amaba de manera voluntaria y (peor) consensuada? ¿El amor no era la cura definitiva contra la soledad? Entonces ¿por qué se sentía tan desesperadamente ajeno a todo? Alejado de ella. Cada vez mas necesaria, cada vez menos tranquilizante el verla.

Rehén de estos pensamientos se encontraba sentado en el sucio banco de una plaza acabada por el descuido; los papeles de basura ; el olvido; la mierda de perros y palomas. La plaza era un rehén mas de la gente, la rutina y el ocio. Se notaba lo triste de su ser ligado a la tierra en que descansaban sus bancos y faroles.

- ¿qué pasa?

- nada, estoy cansado. Eso es. – escupió como acto reflejo esa frase cargada de desidia y cansancio. Ya no la soportaba. No soportaba su presencia ni su ausencia luego de tantas desilusiones. Porque quería importarle. Mas que nada en el mundo quería importarle. A nadie, a ninguna, pero ella... ella tenia la asquerosa virtud de agradarle a los demás sin conocerla realmente. Una persona a la que temer realmente porque solo Dios sabe cuanto puede llegar a hacer un hombre mientras intenta enamorar a una mujer. Quizás Dios hubiera intentado ya la hazaña de atraerla, ¿por qué no? Ella era el sueño perfecto de un dios haragán. Y sin duda se había esforzado en sus capacidades oníricas este Ser Supremo Único. Claro que si.

Besó sus labios y se fue.  Guillermo lo esperaba en la entrada del cine de Belgrano y ya estaba demorado. d

FiN

 


¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!! ¡¡Arriba las manos!!

 

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