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El Respeto

by Juan.

El la muerte entró en la habitación, silenciosa/o, vestida/o de negro, con un paso rítmico casi hipnótico, con ojos de fuegos que miraban para adentro de cada persona para adentro de todo quien lo mirara a sus ojos. El la muerte, lo miró como miraba a todos, no hizo diferencia nunca la hacía, pero esta vez fue la respuesta de el la persona lo distinto, la persona no se inmutó, al contrario le pareció natural como si estuviese esperando ese momento desde hace varios años. Pero no era esa la causa de su tranquilidad, era otra. Se miraron, se observaron, se estudiaron y ambos se aprobaron.

Lentamente se acercó a  la persona habló con su voz húmeda/vieja como el aire estancado en los bosques.

-¿Sabes lo que quiero?.

-Puede ser_dijo sin perder la calma en ningún momento.

No siguió hablando, hizo una pausa que para muchos hubiera parecida eterna. Fría como el hielo mas antiguo, fue la mirada que le dedicó. No necesito más palabras para saber cual era el verdadero motivo de su visita.

-Eres un mensajero no más.

Asintió con el hueco donde debería estar la cabeza. Pero sus ojos no se movieron sino que tomaron un color púrpura.

-Entonces di lo que tengas que decir_  el aplomo que tenía en un principio fue poco a poco desapareciendo, pero intento disimularlo.

-Espera y verás-fue todo lo que salió del vacío.

Sus ojos volvieron a su color original.

El la muerte juntó sus cadavéricas manos y se quedó dispuesto/a a esperar.

Ahora contemplaba al mensajero, del Diablo suponía, ¿pero que quería? Habría que esperar, esperar como había hecho siempre que no podía actuar. Desde chico había aprendido a esperar, esperaba a su padre que volviera del trabajo, esperaba a la comida cuando tenía hambre, espero la muerte de su madre, espera aún un cambio radical en la sociedad y esa es la mas dura y larga espera porque realmente no cree poder llegar a verlo, pero nunca pierde la calma ni la esperanza.

-¿Que eres?-preguntó sin saber porque.

-¿Que crees que soy?

La pregunta lo dejó pensando.

-Creo que la muerte es algo natural, de nosotros, es nuestro patrimonio, nuestro camino y nuestra llegada, no te temo al contrario te espero, aunque hoy no vengas por mi, te espero ansioso para que me inmortalices en la gloria porque sabes bien soy un hombre famoso y todos me recordarán. Como tu Némesis es la vida y yo tengo vida soy tu Némesis, entonces tu debes odiarme pues soy en parte tu opuesto, pero ¿por qué no vienes por mi?-hizo una pausa para pensar lo que decía, tomó aire y siguió-porque no puedes  porque por más poder y autoridad que tengas debes esperar, porque no escapas al orden natural de la vida, de las cosas, de nosotros y ustedes, no puedes obligarme a irme si no estoy preparado si mi alma no está preparado y hasta no haber hecho lo suficiente mi alma no estará preparada, así que esperaras. Pero como ya te dije no te temo, no temo a lo natural y como ya te dije te espero, siempre espere la gloria. Me arrepiento de  muy poco de lo que hice porque siempre pensé mucho antes de actuar, quizás demasiado y de eso me arrepiento. Pero acá estoy hablando de la muerte con la muerte en persona y aún no se que eres, esperando algo que aún no se que es.

Cuando terminó de hablar se quedó tranquilo, sabia que había elegido bien sus palabras, como toda su vida rodeada de palabras escritas que le dieron la fama que hoy tiene.

El la muerte se sentó, dispuesta a esperar aún más.

-¿Y dime has sido feliz?

Repasó su vida y contestó.

-Cumplí uno de mis sueños, ser respetado y anciano, amé y he sido amado por la misma mujer, tuve cuatro hijos a los que amo y creo le he dado lo mejor aunque creo que le tendría que haber dedicado más tiempo, he ganado bastante dinero pero eso no me importa sino solo porque a través de el he ayudado, creo que las veces que tuve que juzgar he sido justo y me han juzgado duramente, me han escuchado y me han callado, he sido rechazado y admirado, me he enfermado y me he curado, he recorrido el mundo, he perdido gente que amo y he derramado más lágrimas de las que puedo contar por ellos. Pero aún no he podido cambiar al mundo, es más las cosas siguen igual o peor que cuando era joven, en eso he fallado, la paz está lejos de alcanzarse a nivel mundial, pero la alcancé a nivel personal. Por todo esto digo que fui feliz.

-Yo nunca juzgué a nadie aunque todos me crean un verdugo- dijo a modo de respuesta me han imaginado como un monstruo, ¡a mi!, que nunca  prejuzgué a nadie yo puedo decir que soy feliz. También puedo decirte que has tenido momentos de alegrías mayores a los de muchos, pues has visto más lejos y también se que otros han disfrutado más que vos

El silencio inundó la habitación por unos minutos, suficientes para que los dos reflexionen en silencio.

-Sólo una acción pesa sobre mi conciencia y es quedarme con la duda si podría haber hecho más.

Silencio.

-Ya te he dado mi mensaje.

Comprendió.

La mujer que amaba entró en la casa.

Silencio.

Silencio Eterno Para Aquel Que Comprendió La Verdad Del Día y La Noche.

Comprendió que alcanzó todas sus aspiraciones de su vida, aunque de algunas no se haya dado cuenta, y ahora que tenía paz interna el y su mujer estaban llamados a vivir sus sueños de locura, de paz, y tranquilidad, sueños imposibles en la tierra pero no adonde iban, A La Paz Eterna donde no hay almas sino el recuerdo de la gente, la inmortalidad, el respeto máximo que solo gozan los muertos. d

FiN

 


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